octubre 14, 2009

Atrévase a Soñar

Entro a hurtadillas a un supermercado chino a ordenarles las góndolas -de onda- pero abren se ve que antes de tiempo y me pescan acomodando unas latas de champignones. Me hago la boluda y le pido turno a la cajera para depilarme. La China me indica que siga por el pasillo hasta el fondo del local y me deriva con un ruso alto de bigotes -finlandés talvez- que me advierte que sólo me puede depilar: "hasta acá" (sic) dice señalando la altura de ‘la liga’ y ni bien me pone un toque de cera sobre la rodilla, medio que me la veo venir y le digo que va muy lento y que voy a perder el avión. El ruso o finlandés me acompaña al mostrador. Le digo a la china de compromiso: ‘no se, cobrame lo que te parezca, disculpá pero pierdo el vuelo...’ Lo digo como para que ella me diga ‘no es nada’, pero el Ruso me interrumpe: "bueno, todo el día de trabajo que me hiciste perder. Sesenta pesos" y la china agarra mi billete de cien y me da doce moneditas de diez. Resignada le pido que porfavor me las cambie por monedas grandes, pero me da una velita de cumpleaños. Viene otra china con otro billete de cien al que le falta toda una esquina [oreja q le dicen] yme trata de estafadora. Me despierto justo antes de masacrarla.