diciembre 08, 2008

Mujer Soltera Busca

Ultimamente me pregunto quién habrá sido la débil mental que levantó la bandera de la mujer mega independiente, por qué compré su discurso y quién me mandó a trabajar a los 17 años. Esta vez no puedo culpar a mi madre.
Mientras google siga sin arrojar resultados y la responsable no aparezca, seguiré maldiciendo su anonimato tildándola de cobarde. Sospecho que me agarró desprevenida, en un momento complicado, viviendo sin apuro a toda velocidad, terminando el secundario o promediando el CBC. En plena y adolescente inmortalidad, cuando no me importaba nada y los treinta estaban lejos, cuando no necesitaba cremas antiarrugas y podía ‘seguir de largo’ todo un fin de semana.
La autosuficiencia en la mujer está sobrevaluada gracias a un grupo de feministas resentidas que rechazaron la oferta del ex marido de tener un programa de cable propio, y que para cuando se arrepintieron ya les habían cortado las tarjetas de crédito.
Está comprobado que la mujer que no sabe cambiar un neumático gana más que la que sabe. Que la que acepta que le carguen las bolsas del supermercado -aunque no pesen tanto-, gana más que la que se las cuelga del antebrazo, empuja con el omóplato la puerta y la sostiene con el tobillo para que pase una vecina.
Estoy considerando dejar de cargar sola el bidón del sparkling en la oficina , no llevar más la victorinox en la cartera, abandonar el curso de mecánica y empezar a tomar daiquiris de frutilla.
Porque pareciera que después de los 30 dejás de ser la mujer exitosa, independiente, y emprendedora para convertirte en la víctima preferida de sesentones de semáforo tapizados en cuero beige, de un agente de viajes que quiere encajarte a toda costa un crucero o un paquete en el Club Med y de la mirada lastimosa que te arrojan tus ex-compañeros de colegio (maldito Facebook), cuando respondés la primer pregunta del reencuentro:
-Y vos? Te casaste?
Qué les digo? “No, mi libertad ante todo” como si fuera parte del estribillo de una canción del Paz Martínez? Reacciono para el orto? “A mi no me mantiene nadie!”. Enumero –y exagero- logros y actividades sembrando envidia? Soy independiente, vivo en un tres ambientes -pisos de parquet, baño completo, todo luz- tengo mi auto, una laptop y un i-phone touch screen, personal trainer, masajista y un blog. Duermo en diagonal con la tele prendida, los Domingos me despierto a cualquier hora, y si quiero no me saco el jogging en todo el día. Nunca me pierdo un show del Pity Alvarez, a menos que él lo decida. Claro que pido ayuda, no puedo sola! Rosita viene los Lunes, deja el freezer con comida para una semana y la casa impecable.
Soy consciente de que esta respuesta equivale a encerrar al interlocutor en una habitación, poner en repeat mode un disco de Radiohead y darle un 38 cargado.

-No, no me casé.

Contesto delicadamente y me prepararo para ver fotos 4x4 debajo del plástico transparente de una billetera o de un espantoso llavero de acrílico, mientras le hago una seña al mozo para que me traiga otro whisky. Doble.
Se me afloja la lengua y les digo que “...ser soltera no es un problema...” que el verdadero problema es que los demás sientan vergüenza ajena ante tu estado civil, es esa mirada de pena que no pueden disimular cuando llegás sola a una boda, es saber que planean presentarte al pibe resaca, a ese que nadie eligió antes, a ese que,curiosamente, piensa lo mismo de vos sin conocerte.
El problema es la libre asociación (soltera=desesperada), es Febrero (el mes de los enamorados), la primavera (la estación del amor), cualquier promo 2x1 y, en hotelería, que lo mejor venga en ‘base doble”.
Ellas me miran horrorizadas, como si vieran a la protagonista de una película ochentosa en su departamento con vista al Hudson atestado de horribles muebles laqueados con detalles en dorado.
Ellos se ofrecen a llevarme a casa porque “con lo que tomaste no vas manejar”. Les doy la razón, pero para reafirmar que no entiendo nada de nada, me llamo un radiotaxi.
Al abrir la puerta de casa, reproduzco una línea de Batman Returns de Tim Burton cuando Gatúbela –encarnada por Michelle Pfeiffer- entrando a su departamento exclama: “Honey! Im home! ... Oh, I forgot. I’m not married”


***Este texto fue publicado en la edición de Noviembre de la revista El Planeta Urbano***


4 comentarios:

Imaga dijo...

Cuando veas una de esas que no cargan el sparkling, que intentan cambiar sola el neumático y una larga lista de etceteras, pensá que quiza no es boludez total, sino una estrategia.
Sí, hay muchas (muchisimas) que lo hacen innatamente y son insoslayablemente boludas.
Pero hay algunas que no, y tan solo sacan provecho de una larga fila de nabos que con gusto cargara el bidón, cambiará la goma y una larga lista de etceteras.

Respirá profundo y aceptalo.
Es así.

Anónimo dijo...

Vos escribís sobre mi, no?

MEDICI RUGGIERO ARQUITECTOS dijo...

Abajo el "mujer, mujer, mujer, libérate!!!!".
Había una vez, un librito setentoso y vanguardista que se llamaba "El varón domado".... Habrá que re leerlo!

Marina dijo...

Arriba las gomas!

[...el peor fracaso de tinelli: nadie se acuerda?]